Tan sólo una reunión por Skype desde Londres sirvió para conectar con Madalina y Alberto. Con la excusa de ir a visitar unos amigos a las islas Baleares, se decidió hacer la preboda en Mallorca. Desde el primer momento no tuve que decirles nada tan solo que disfrutaran y se olvidaran de mi presencia. En pocos minutos apareció la magia.